Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): El Sr. Noguero comprenderá la dificultad en que el Poder ejecutivo es encuentra de hacer lo que S.S. desea; primero, porque no tiene datos ni noticia de los pueblos que hicieron el sacrificio de proporcionarse con sus recursos armas para la Milicia Nacional, y en segundo lugar, por las dificultades que el Gobierno tiene de armar a aquellos pueblos que se proporcionaron por sí armas en los años del 40 al 43 y que les fueron arrebatadas después por Gobiernos moderados, teniendo en cuenta que el Poder ejecutivo no puede menos de tener presente que hay otras poblaciones que pueden encontrarse en más difíciles y peligrosas condiciones que aquellas otras que se proporcionaron armas con sus recursos.

El Poder ejecutivo no tiene más remedio que proceder en esto lo más patrióticamente posible, y sobre todo de proceder de la manera que más asegure el orden público, y ha dicho: puesto que no hay armas bastantes para armar a todos los Voluntarios, vamos a ir armando aquellos que están en mayor peligro, y ha armado aquellos pueblos que evidentemente lo necesitan más. Yo no sé si entre esos pueblos a los cuales se les ha armado se encuentra alguno de aquellos a quienes se ha referido S.S.: si los hay, satisfechos quedan con las armas que se les han dado; si no los hay, que tengan paciencia y aguarden a que haya armas para que se les entreguen; y en último resultado en ningún caso el Poder ejecutivo puede ser absolutamente responsable de lo que hicieron Gobiernos moderados. "Los Gobiernos moderados les quitaron las armas, decía el Sr. Noguero, y es justo que se las devuelva el actual"; verdad, y si nosotros las tuviéramos se las devolveríamos; pero el Poder ejecutivo creo que debe atender mas a esos pueblos que tienen más necesidad de tener armas, que no esos otros que no la tienen tan inmediata, los cuales deben agradecer mucho esta conducta y proceder del Poder ejecutivo. Aquellos pueblos que por su posición especial y por sus circunstancias no necesitan armarse porque no hay ningún peligro inmediato, pueden darse por satisfechos, si son verdaderamente liberales, con que armemos a los pueblos que pueden tener muy inminente peligro, si no están armados.

Las armas, pues, se irán dando a todos los pueblos donde los Voluntarios se vayan organizando conforme al decreto orgánico; pero se irán dando con mesura y con prudencia: sobre todo se irán dando conforme la razón de orden público aconseje. Y es lo único que tengo que contestar al Sr. Noguero.

Por lo demás, si S. S. tiene noticia de esos ayuntamientos a quienes se arrebataron las armas que ellos habían adquirido, y se toma el trabajo de manifestarla, se tendrá presente para que en igualdad de circunstancias se atienda a ellos antes que a los demás.